Para los primeros meses del 2010 está programada la publicación del nuevo álbum de los neozelandeses Crowded House.
Después de volver a la palestra con "Time on earth", quince años después de que deshicieran la formación y haber vivido en este periplo el suicidio de su batería, Paul Hester, el grupo ha recargado pilas y seguramente animados por la estupenda recepción de su pasada gira, que no por el disco nuevo en sí, le hayan cogido gusto de nuevo a eso de pasar tiempo juntos y seguir creando cosas interesantes.
"Time on earth", un trabajo más cercano a lo que ha hecho Neil Finn en solitario que a cualquier cosa publicada bajo el nombre de Crowded House, me fue enamorando poco a poco, como un noviazgo que se fragua lentamente con cada encuentro. Será porque todo lo que toca Finn con sus manos, bien sea solo, con su hermano o con la banda, provoca mi más absoluta sumisión, pues disfruté sobremanera ese disco de reencuentro.
Ahora, con Jim Scott (Wilco) en la mesa de producción se pronostican grandes hazañas, esta vez con la banda al completo metida en el estudio de grabación. Digo esto porque la elaboración de "Time on earth" fue algo extraña. Las canciones fueron pensadas para formar parte del próximo trabajo de Neil Finn en solitario, y cuando casi estaban ya todas mezcladas y casi finalizadas se sopesó la idea de regenerar Crowded House y fueron pocas las canciones en la que los demás miembros se vieron implicados. Todo el curro ya estaba hecho.
No sabemos fechas exactas, sólo auguran que van a sonar en algunos tracks como nunca hemos conocido a Crowded House y que aseguran, como hacen todas las bandas cuando graban disco nuevo, que es lo mejor que han hecho nunca.
Seguro que no nos decepcionan. Llevan muchos años en el negocio y nunca lo han hecho, hay razones para creerlos.
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